El gallo crítico.
Conversando en diferentes círculos sociales sobre el tema del estado de Nuevo León y su crisis política deja mucho que pensar, todos los escenarios que provoco un movimiento político mal hecho y pensado.
Nombrar a un gobernador a “modo”, a una persona de todas sus confianzas y peor aún sabiendo que en la Constitución del estado de Nuevo León dice palabras más, palabras menos: qué en ausencia del gobernador, el Congreso del estado de Nuevo León tiene la facultad de nombrar aún gobernador interino.
¿Por qué lo hizo el gobernador Samuel García como lo hizo? ¿Acaso el gobernador del estado no tiene un staff jurídico conocedor de las leyes? O de plano sabiendo bien la ley ¿se la quiso saltar por méritos propios? No hay que ser un erudito para poder ver que esto sería un desacato a ley y que esto podría haberles causado a los dos problemas graves con la justicia, se hubiera provocado un gran descalabro para el pueblo de Nuevo León y para la clase política de aquel estado.
Por tal motivo, tomaron cartas en el asunto tanto el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación junto con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y dictaron una respuesta sobre el tema, sabemos todos lo que paso, que final se tuvo, el gobernador interino renunció y el gobernador actualmente en funcionó volvió al cargo.
Mi única reflexión es, perder todo lo que tenía ya ganado, la postulación como precandidato a la Presidencia de la República, presupuesto legalmente otorgado por el INE para la campaña, dinero destinado para la campana por parte del partido político al que representaba y porque no decirlo dinero que el Presidente López Obrador le hubiera dado.
La pregunta principal es ¿Por qué regresar al cargo de gobernador dejando todo lo que antes mencionado? ¿Hay algo más importante en el escritorio del despacho del gobernador del estado de Nuevo León que ocultar? ¿Despreciar todo lo que pudo haber obtenido en la campaña y volver a la gobernatura?
Vaya el gran follón que tuvo que pasar el gobernador García, ¿no creen?
Pero lo más importante aquí es, viendo un panorama general a nivel nacional, todo lo que construyo el precandidato de Movimiento Ciudadano, los puntos que sumo, porque sí sumo y con su regreso a la gobernatura. ¿Quien podrá capitalizar este espacio vacío? ¿Quién tendrá la capacidad de atraer esos votos que tenía Samuel?
¿Las precandidatas tienen claro como acercarse a los jóvenes? ¿Muestran ese talante y ese oficio político para hacer atractiva su postulación para los jóvenes?
No hay que olvidar que los jóvenes en México son entre el 11 y el 12% del padrón electoral y que si somos objetivos serán la balanza del triunfo a la próxima Presidenta de México en el 2024.
¿Quién podrá ocupar ese espacio? Acuérdense, un espacio siempre alguien lo ocupa.
Hasta aquí, el Gallo Crítico.