En su última conferencia de prensa antes de concluir su gestión, aseguró que en territorio mexicano se produce fentanilo, pero dijo que el debate sobre su fabricación en el país resulta irrelevante frente a la necesidad de una cooperación efectiva entre ambos países para abordar el problema.
Destacó que el problema del fentanilo trasciende a México y Estados Unidos, siendo un desafío global.
Sin embargo, reconoció los esfuerzos conjuntos entre ambos países para combatir el tráfico de opioides y desarticular organizaciones criminales como el cártel de Sinaloa.
Asimismo, destacó los retos que enfrentará el próximo embajador Ronald Johnson y el gobierno mexicano ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y recomendó a las autoridades mexicanas estudiar los objetivos de Trump para proponer estrategias que lo beneficien como país.
Sobre las preocupaciones por los planteamientos de Donald Trump en temas migratorios, Salazar señaló que aún no se conocen concretamente las medidas específicas que implementará la próxima administración.
Afirmó que México debería enfocarse en fortalecer la colaboración bilateral en temas como migración, seguridad y comercio.
El embajador concluyó su participación señalando que, aunque su gestión llega a su fin, el trabajo para fortalecer la relación entre México y Estados Unidos continuará.