La Comisión de Asalto al Capitolio propuso que el Departamento de Justicia de Estados Unidos procese penalmente al expresidente Donald Trump por cuatro delitos: instigar una insurrección; conspirar para emitir un falso testimonio y para defraudar a Estados Unidos.
Así como por obstruir un procedimiento oficial del congreso, toda vez que la toma violenta del Capitolio el 6 de enero de 2021 interrumpió la votación con la que el Congreso iba a ratificar el triunfo de Joe Biden.
La comisión realizó el lunes 19 de diciembre su última sesión y en ella también planteó procesar a varios excolaboradores de Donald Trump de la época en que fue presidente, entre ellos el abogado John Eastman.
Trump está implicado en la insurreción
Las conclusiones de la comisión indican que Trump está implicado en la insurrección de ese 6 de enero durante un mitin realizado ese 6 de enero, así como con las acciones que cometió durante los 62 días previos, durante los cuales se dedicó a acusar que perdió las elecciones de Estados Unidos mediante un fraude.
Sin embargo, estas recomendaciones no son vinculantes, es decir, no es obligatorio cumplirlas, pero el Departamento de Justicia también tiene una investigación abierta contra Trump por el Asalto al Capitolio.
El congresista Bennie Thompson, presidente de la comisión, dijo tener “toda la confianza en que nuestro trabajo proveerá de una hoja de ruta a la justicia para hacer pagar a los culpables”. También aseguró que Trump quebró la fe en la democracia del pueblo estadounidense: “Perdió las elecciones de 2020 y lo sabía pero intentó todo para tratar de mantenerse en el cargo a través de un plan para anular los resultados y bloquear la transferencia de poder”.
La comisión, integrada por siete congresistas demócratas y dos republicanos, lleva año y medio de trabajos, tiempo en el que ha realizado más de mil entrevistas, revisado más de un millón de documentos y ha citado a más de cien testigos. Sus conclusiones se han presentado en televisión y frente a ellos han desfilado personajes como Ivanka Trump, quien admitió que no había elementos para probar el fraude que alegaba su padre, o Cassidy Hutchinson, quien fue ayudante del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, ella declaró que Trump, aún como presidente, se peleó con un miembro del Servicio Secreto para que lo dejara entrar al Capitolio.
Por supuesto, Donald Trump ya descalificó los trabajos. A través de Truth, la red social que creó luego de ser expulsado de Twitter justamente por el asalto al Capitolio, dijo que los integrantes de la comisión “eran unos corruptos cobardes que odian nuestro país”.
Durante la última sesión de la comisión testificó Hope Hicks, asesora de Trump durante dos periodos diferentes de su presidencia y de su campaña de 2016. En una declaración grabada, Hicks contó que expresó a su jefe la preocupación de que al empeñarse en el fraude electoral estuviera dañando su legado.
La respuesta de Trump fue: “A nadie le importará mi legado si pierdo las elecciones. Entonces eso no importará, lo único que importa es ganar”.
A nadie le importará mi legado si pierdo las elecciones. Entonces eso no importará, lo único que importa es ganar
Donald Trump
Además de la sugerencia de encausar penalmente a Trump por estos cuatro delitos la comisión también mandó a cuatro republicanos del Congreso al Comité de Ética de la cámara por no acudir a los citatorios emitidos por la comisión. Se trata del líder de La minoría Kevin McCarthy, de California; de los representantes Jim Jordan (Ohio), Scott Perry (Pensilvania) y Andy Dick (Arizona). Junto con la decisión de procesar penalmente a un expresidente, la amonestación a los congresistas tampoco tiene precedentes en la historia de Estados Unidos.
El miércoles, la comisión presentará su informe final y se prevé que no sea renovada por el Congreso.