Dos de los 11 ministros del máximo tribunal presentaron su dimisión, la cual será efectiva a finales de agosto próximo, cuando los nuevos integrantes de la Suprema Corte sean elegidos por voto popular, tal como lo dispone la reforma judicial que se aprobó el mes pasado.
Los ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Pardo Rebolledo notificaron su decisión a la presidencia de la Suprema Corte.
Sus renuncias se producen en medio de crecientes rumores de que otros ministros también dimitirían.
Las ministras Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres, quienes son identificadas como cercanas al gobierno, no acompañarán al resto de sus colegas y se mantendrán en sus cargos.
En una carta dirigida a la Mesa Directiva del Senado, que se difundió en la red social X, Gutiérrez Ortiz Mena dijo que decidió renunciar y no someterse al proceso de elección porque aunque tiene trayectoria y capacidades que lo califican para la judicatura “no me considero un candidato adecuado para un cargo que dependa del apoyo popular”. Aclaró que su renuncia “no implica una aceptación tácita de la constitucionalidad de la reforma”.
Horas después se dio a conocer la misiva que envió Pardo Rebolledo al Senado para anunciar su renuncia al cargo y la decisión de no participar en el proceso electoral. “Rechazo enérgicamente las injurias, insultos e infundios de los que he sido objeto”, expresó.
Tal como lo prevé la reforma judicial, los ministros deben renunciar antes de que cierre la convocatoria para los candidatos para no perder sus beneficios de retiro.
Así lo ratificó el martes la presidenta Claudia Sheinbaum, al afirmar que si los miembros de la Corte no renuncian ahora “entonces ya no tendrían los haberes de retiro”. “Es un montón de dinero”, agregó.