Israel intensificó sus bombardeos sobre el sur de Gaza, tras uno de los días más mortíferos para los palestinos desde que comenzó el conflicto el pasado 7 de octubre cuando el grupo islámico Hamás lanzó varios ataques contra territorio judío matando a por lo menos mil 400 personas, en su mayoría civiles.
En respuesta Israel desató una ofensiva que ya lleva 18 días, destruyendo prácticamente Gaza, matando a por lo menos 5 mil palestinos y dejando a los sobrevivientes sin comida, agua y medicamentos.
En medio de esta guerra, numerosos dirigentes mundiales exigen el cese de los combates para permitir la entrada de ayuda humanitaria en el enclave asediado, pero nada se ha concretado.
El conflicto ahora pasó a la guerra de declaraciones, esto luego de que el jefe de la ONU, António Guterres, denunció ante el Consejo de Seguridad las “violaciones claras del derecho humanitario” en Gaza. Afirmó que incluso la guerra tiene reglas y que los ataques de Hamás no surgieron de la nada. También condenó la ocupación israelí de los territorios palestinos, quienes dijo han visto cómo su tierra era devorada sin cesar por los asentamientos y asolada por la violencia, su economía asfixiada, su población desplazada y sus hogares demolidos.
Ante esto Israel pidió la renuncia de Guterres y anunció que no dará visados a los representantes de la ONU.