El país se enfrenta a “fuerzas tremendas de la naturaleza”, advirtió el presidente, Gudni Th. Johannesson, después de que la lava fundida de un volcán en el suroeste de la Islandia arrasara al menos 10 casas en el poblado de Grindavík.
Los científicos revelaron que la erupción parecía estar disminuyendo, pero dijeron que era demasiado pronto para declarar que el peligro había terminado.
La Oficina Meteorológica de Islandia apuntó que “es difícil estimar cuánto durará esta erupción”.
Un volcán en la península hizo erupción el domingo por la mañana, por segunda ocasión en menos de un mes. Las autoridades habían ordenado a la población que abandonara la localidad pesquera de Grindavík unas horas antes, ya que una serie de pequeños sismos apuntaba a una erupción inminente.
Grindavík, una población de 3 mil 800 habitantes, ubicada a 50 kilómetros al suroeste de la capital, Reikiavik, ya había sido evacuada en noviembre cuando el sistema volcánico de Svartsengi se reactivó después de casi 800 años.
Aquí imágenes de la lava en Grindavík: