Con tanquetas elementos de las fuerzas armadas tomaron la Plaza Murillo, sede del gobierno en La Paz.
Un vehículo blindado embistió la entrada del Palacio Presidencial. El comandante general del ejército de Bolivia, Juan José Zuñiga, encabezó este despliegue y amenazó con tomar la sede del ejecutivo boliviano.
El presidente Luis Arce llamó al pueblo a movilizarse contra el despliegue militar y defender la democracia.
Luego confrontó al hasta entonces Comandante del Ejército y tuvieron una discusión, en medio de civiles y militares, en la entrada de la sede de Gobierno.
Más tarde, Arce, hizo nuevos nombramientos de mandos militares. Designó al general José Wilson Sánchez, como nuevo comandante del Ejército boliviano, en sustitución de Juan José Zúñiga. Al vicealmirante Renán Wilson, como comandante de la Armada y al general de División Aeronáutica, Gerardo Zavala, comandante de la Fuerza Aérea.
El destituido jefe militar fue detenido cuando salió de la sede del estado mayor de Bolivia y trasladado a las instalaciones de la fuerza especial de lucha contra el crimen.
La policía boliviana también detuvo a un segundo jefe militar, acusado por la fiscalía de terrorismo y alzamiento armado.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió “proteger el orden constitucional” en el país sudamericano.