El sumo pontífice no ha tenido nuevos episodios de crisis respiratoria, se ha mantenido estable y celebró el Miércoles de Ceniza desde su cuarto de la clínica Gemelli, donde está ingresado desde hace 20 días por una doble neumonía.
El pontífice, de 88 años, “participó en el rito de la bendición de las cenizas”, indicó el Vaticano en su último reporte de salud.
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, el periodo de cuarenta días que precede a la Pascua, la fiesta más importante del calendario católico.
Los cardenales celebraron la misa de Imposición de Cenizas en la ausencia del papa en la basílica de Santa Sabina, en la colina del Aventino de Roma.
El papa “alternó reposo y trabajo”, y llamó a la parroquia de Gaza, como hace habitualmente desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás, informó el Vaticano.
El pontífice siguió recibiendo oxígeno “de alto flujo” y usa una mascarilla de oxígeno, como las últimas dos noches.
“Debido a la complejidad de su cuadro clínico, el pronóstico sigue siendo reservado”, añadió el reporte de salud.
En su homilía, el papa Francisco escribió: “Tocamos la fragilidad en la experiencia de la enfermedad, la pobreza y el sufrimiento que a veces irrumpe de manera repentina sobre nosotros y sobre nuestras familias”.
El equipo médico que lo atiende no se ha pronunciado por ahora de cuánto más tiempo seguirá ingresado ni cuánto tiempo precisará de convalecencia si consigue superar la enfermedad, lo que genera inquietud en la iglesia católica.
