En Estados Unidos terminó el llamado Título 42 que el gobierno de Donald Trump impuso por la emergencia del COVID-19, en marzo de 2020.
El Título 42 permitió a las autoridades rechazar de inmediato a las personas migrantes en las fronteras estadounidenses, con el argumento de evitar la propagación del Covid–19 y se les negaba la posibilidad de pedir asilo.
Con esta medida fueron deportados tres millones de migrantes durante tres años.
Para los extranjeros, el fin del Título 42 representó la oportunidad de entrar a Estados Unidos para pedir asilo y ayer cientos de migrantes cruzaron caminando o nadando el Río Bravo, para entregarse a las autoridades, pero su futuro es incierto.
Algunos están siendo enviados a centros de procesamiento, otros son deportados de inmediato.
Ahora el gobierno norteamericano volverá a aplicar el Titulo 8, una medida con consecuencias más graves para los migrantes ya que quien cruce la frontera sin solicitar asilo primero será expulsado y no podrá entra a Estados Unidos en al menos cinco años. Además, puede enfrentar un proceso penal por cualquier intento posterior de cruzar la frontera.
El drama sigue en la frontera de México con Estados Unidos donde miles de migrantes viven en condiciones deplorables, pero con la esperanza de lograr algún día el ‘sueño americano’
