Basándose en la Ley de Poderes Económicos para Emergencias Internacionales de 1977 (IEPPA, en inglés), el presidente de Estados Unidos, Donald Trump justificó la entrada en vigor de los aranceles, asegurando que México y Canadá no hacen lo suficiente para detener el tráfico de fentanilo por sus fronteras.
Las importaciones de Canadá y México serán gravadas con un 25%, mientras que los productos energéticos canadienses tendrán un arancel del 10%. Además, el arancel del 10% que Trump impuso a las importaciones chinas en febrero se duplicará al 20%.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump aseguró que tanto México como Canadá no tienen “margen” de negociación para evitarlos.
En respuesta, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó que su país impondría aranceles a más de 30 mil millones de dólares en bienes estadounidenses durante un período de 21 días y que si Trump insiste en mantenerlos impondrá gravámenes a otros 125 mil millones de dólares.
Por su parte China anunció que impondrá aranceles del 10 % y el 15 % a productos agropecuarios procedentes de Estados Unidos
Los aranceles a Canadá y México debían haberse aplicado en febrero, pero Trump acordó una prórroga de 30 días para negociar con los dos mayores socios comerciales de Estados Unidos.
La razón declarada para los aranceles es abordar el tráfico de drogas y la inmigración ilegal, y ambos países afirman haber realizado avances en esos temas.
