A unos días de que finalice el juicio en contra de Genaro García Luna, hoy tocó el turno de que su esposa, la señora Linda Cristina Pereyra subiera al estrado para defender a su esposo sobre el supuesto enriquecimiento ilícito del que se le acusa.
Cristina Pereyra justificó cada una de las propiedades de su marido, narró toda la historia desde que se conocieron en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en 1989.
Tiempo después en 1995, se casaron, pero desde un año antes ellos ya habían adquirido un departamento mediante un financiamiento y además comentó que con su liquidación del Cisen, puso una papelería y una tienda.
Mientras que García Luna fue ascendido a subdirector del Cisen, por lo que con “un bono que le dieron a fin de año”, compraron un terreno y empezaron a construir una casa.
Algunos de los medios asistentes al juicio han catalogado la testificación de Cristina Pereyra como “clases de administración familiar” donde la mujer fue explicando como adquirieron cada una de las propiedades con créditos, préstamos bancarios y los jugosos bonos de fin de año que le daban a su esposo a fin de año:
- Un terreno en Paseo de los Cedros, en Retorno de Aldama.
- Dos propiedades en Morelos.
- Una casa en un terreno en “Montaña de Moras”; otra en “Monte Funiar”, en la colonia Jardines de la Montaña al sur de la Ciudad de México.
Pereyra dejó en claro algunos lujos extravagantes de su esposo que han sido señalados en el juicio, como la de su gusto y afición por los automóviles antiguos, lo cual dijo era uno de sus hobbies y los reparaba junto con su hermano.
Así como la historia de la famosa “pecera gigante” en su casa de Monte Funiar, la que dijo fue diseñada por García Luna, porque se veían los cimientos de la casa de al lado y querían tapar ese hueco, y hasta comentó que fueron al Mercado de Jamaica para ver cómo podían solucionar ese problema en la propiedad.