La Fiscalía del Estado de México dio a conocer que tras el cateo el bar Black Royce, donde falleció el empresario, se encontraron diversas sustancias que presuntamente pusieron en su bebida para drogarlo, pero falleció.
Según las investigaciones, en el Black Royce, Iñigo Arenas estuvo acompañado por cuatro mujeres, empleadas del lugar quienes ordenaron diversas bebidas y aparentemente le suministraron sustancias a la víctima.
Luego, junto con el capitán de meseros del lugar y otra persona aún por identificar, lo habrían persuadido de subir al “VIP” , donde le expendieron cuatro botellas de bebidas, con un valor de 10 mil pesos cada una e hicieron el cobro a su tarjeta bancaria. Más tarde, una de las mujeres informó que el empresario se había puesto morado por lo que procedieron a reanimarlo, pero ya había muerto.
La autopsia practicada al cuerpo de Iñigo Arenas arrojó que la causa de la muerte fue “asfixia mecánica por sofocación inducida en su modalidad de oclusión de vías respiratorias por contenido gástrico con presencia de alcohol y de sustancias químicas de naturaleza controlada, que limitaron su conciencia, funciones motoras y que en grado de probabilidad habría propiciado su deceso”.
Por lo anterior la Fiscalía mexiquense cumplimento orden de aprehensión contra las seis personas detenidas, cuatro hombres y dos mujeres, acusadas de presunto homicidio y quedaron a disposición del juez de control del penal de Barrientos en Tlalnepantla.