Con 362 votos a favor y 133 en contra, Morena y sus aliados lograron la mayoría calificada necesaria para aprobar en lo general la reforma constitucional para traspasar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Esta establece que la Guardia Nacional estará integrada por personal de origen militar con formación policial, será dependiente de la Sedena y estará encargada de ejecutar la Estrategia de Seguridad Pública, cuyo diseño estará a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
También faculta a la Guardia Nacional a participar en la investigación de los delitos, en el ámbito de su competencia, bajo el mando del Ministerio Público.
PAN, PRI y Movimiento Ciudadano presentaron mociones suspensivas para devolver el dictamen a comisiones con el argumento de que con la reforma se militariza la seguridad pública y es violatoria de tratados internacionales suscritos por México.
En las curules de Movimiento Ciudadano se colocaron carteles con la leyenda “Queremos Paz No Militarización” y luego extendieron una gran manta que decía “México con Justicia y Paz, No a la Militarización”.
Los morenistas subieron a tribuna también con carteles que decían: “Seguridad, Transformación, Capacidad, Disciplina”.
Se registraron 433 reservas para su discusión en lo particular.
Organismos de Derechos Humanos y Amnistía Internacional advirtieron de una militarización y del “superpoder” que tendrán las fuerzas armadas en labores de seguridad.