Alrededor de 87 mil residentes de una región en el centro de Filipinas están siendo evacuados, un día después de que un volcán inició una breve, pero intensa, erupción en la que arrojó una imponente columna de ceniza y un arroyo de gases y escombros a temperaturas extremadamente elevadas que caían por la ladera occidental de la montaña.
De momento no hay informes de víctimas relacionadas con la más reciente erupción del monte Kanlaon, en la isla central de Negros, pero el sistema de alerta aumentó un nivel, indicando la posibilidad de erupciones más explosivas.
La ceniza volcánica cubrió una amplia región, incluida la provincia de Antique ubicada a más de 200 kilómetros al oeste del volcán, obstruyendo la visibilidad y planteando riesgos para la salud, dijo el principal vulcanólogo del país, Teresito Bacolcol.
Al menos seis vuelos nacionales y uno más con destino a Singapur fueron cancelados, y otros dos vuelos locales fueron desviados debido a la erupción.
Evacuaciones a gran escala se llevaban a cabo de manera urgente en los poblados y comunidades más cercanos a las laderas occidentales y meridionales de Kanlaon, incluida la localidad de La Castellana, en Negros Occidental, donde se debe retirar a casi 47 mil personas de un radio de 6 kilómetros.
Los contingentes de respuesta ante desastres establecieron centros de evacuación a toda prisa y se dieron a la tarea de buscar suministros de mascarillas, alimentos y suministros sanitarios antes de la temporada navideña, la cual es una de las épocas de mayor actividad para las vacaciones y celebraciones familiares en una nación de mayoría católica.
Las autoridades suspendieron clases e impusieron un toque de queda nocturno en las zonas más vulnerables.
El Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas indicó que la erupción, la cual duró casi cuatro minutos, había causado una corriente de densidad piroclástica – un arroyo supercaliente de ceniza, escombros y rocas que puede incinerar cualquier cosa a su paso.