La dirección del islamista Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS en árabe), lideró a los insurgentes que tomaron Damasco, la capital de Siria, tras doce días de ofensiva que culminaron con el derrocamiento del presidente sirio Bashar Al Asad.

Miles de personas salieron a las calles del país, donde realizaron disparos al aire y ondearon la bandera revolucionaria en escenas que recordaban los primeros días de la Primavera Árabe.
Según ACNUR, la guerra civil en Siria ha provocado siete millones de desplazamientos internos y cinco millones de refugiados fuera del país.
El régimen de la familia de Bashar al Asad, vigente desde 1971, cayó el domingo a manos de los insurgentes, la mayoría islamistas, liderados por HTS.
Al Asad, presidente de Siria desde el año 2000, recibió asilo en Rusia, uno de sus aliados internacionales, según informó una fuente del Kremlin.
Por su parte, el presidente del máximo órgano político de la oposición siria en el exilio, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), aseguró que el Gobierno de transición civil tendrá un carácter civil y no estará liderado por la alianza islamista Hayat Tahrir al Sham.
Varios países han mostrado su apoyo al “pueblo sirio”, haciendo un llamado a garantizar la seguridad de los ciudadanos y respetar la cohesión territorial para evitar que el país caiga en el caos.
El Ejército israelí confirmó que sus tropas están desplegadas en el lado sirio del Monte Hermón, en los Altos del Golán, y difundió imágenes de sus soldados apostados en esa zona nevada, donde entró ayer ante la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria.
Por su parte, Estados Unidos está trabajando junto a sus aliados en Oriente Medio para “destruir las armas químicas del Gobierno sirio y evitar que caigan en manos equivocadas”, explicó a la prensa un alto funcionario estadounidense.
El Gobierno de Japón pidió el cese “inmediato” de la violencia en Siria y llamó a “los implicados en el conflicto” a respetar las leyes, “incluidas las humanitarias”.
Un video que circula en línea parece mostrar a rebeldes abriendo las puertas de las celdas y liberando a docenas de prisioneras de la prisión Saydnaya, en donde según los grupos defensores de los derechos humanos miles de personas fueron torturadas y asesinadas.