El cohete de SpaceX, diseñado para eventualmente enviar astronautas a la Luna, estuvo a punto de completar la totalidad de un vuelo de prueba en su tercer intento, llegando más lejos a través de un modo crucero en órbita baja, pero se perdió y quedó destruido en su reingreso a la atmósfera, informó la compañía
Starship, el cohete más grande y poderoso jamás construido, despegó desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México, y se dirigió hacia el golfo. No había personas ni satélites a bordo.
Minutos más tarde, el propulsor se separó sin problemas de la nave espacial y cayó al Golfo. La nave espacial continuó su vuelo hacia el este, alcanzando una altitud de 160 kilómetros (100 millas) y acercándose a la velocidad orbital, superando a los intentos anteriores.
Los dos primeros vuelos del año pasado duraron apenas unos minutos antes de explotar sobre el Golfo de México.
Elon Musk, dueño de SpaceX, había planeado un vuelo más corto -de una hora- para la más reciente demostración, con el Océano Índico como punto de caída de la nave espacial. Señaló que la compañía realizó miles de actualizaciones y correcciones a fin de mejorar las probabilidades.