El huracán dejó severas afectaciones en el destino turístico, la ciudad y sus inmediaciones.
Se reportan daños en hoteles, edificios, casas, bares, negocios y centros comerciales. También zonas inundadas, deslaves y carreteras bloqueadas. Además, caída de palmeras, árboles, postes y espectaculares.
Turistas hospedados en distintas zonas de Acapulco vivieron momentos de pánico por los fuertes vientos y las lluvias que se llevaron todo a su paso.
El hotel “Princess Mundo Imperial”, en la Zona Diamante, sufrió severas afectaciones. Imágenes difundidas en redes sociales muestras habitaciones destruidas y el lobby repleto de escombros.
La fachada de la plaza comercial “Galerías Diana” quedó destruida. Los fuertes vientos arrasaron la parte superior del inmueble, reventando ventanas y muros.
La costera Miguel Alemán, la avenida Cuauhtémoc y otras calles quedaron inundadas con decenas de coches varados y escombros por todas partes.
Afortunadamente hasta el momento no se reportan personas heridas o víctimas mortales.
Brigadas de la Comisión Federal de Electricidad trabajan para reponer el servicio de energía eléctrica a más de 500 mil usuarios afectados. El servicio de telefonía y de internet también se encuentra suspendido en varios puntos.
En el Aeropuerto Internacional de Acapulco hay daños y afectaciones, Volaris y Viva Aerobus cancelaron sus operaciones hasta nuevo aviso. Aeroméxico no ha publicado una cancelación formal de sus vuelos.
La Autopista del Sol se vio afectada por el desbordamiento del río Papagayo y por varios desgajamientos, que cubrieron de lodo y piedras la carpeta asfáltica.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se trasladó a Guerrero para supervisar personalmente la ayuda a la población afectada.
El paso del huracán dañó al menos 27 sensores del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, informó el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, A.C. y tomará tiempo ponerlos en funcionamiento. En caso de que ocurra un sismo fuerte, próximo a los sensores afectados, no se podrá emitir un aviso de alerta sísmica.
Otis impactó como un huracán categoría 5 y horas después se degradó a baja presión remanente.
