Israel negó que la masacre de cientos de palestinos por un bombardeo del hospital Al Ahli en Gaza haya tenido lugar y aseguró que el edificio no está destruido, que no ha sufrido daños graves y que únicamente hubo una explosión en un estacionamiento.
El portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes, Daniel Hagari, afirmó que la explosión en el hospital se debió a un cohete del grupo Yihad Islámica, cuyo lanzamiento falló y que están inflando las cifras de víctimas.
Sin embargo, Hamás y otros grupos afines a los palestinos insisten en que el ataque estuvo a cargo de las fuerzas de Israel.
Para la Organización Mundial de la Salud la situación en la Franja de Gaza “se está volviendo incontrolable”.
El número de muertos en Gaza supera los 3 mil, de ellos 853 niños, alertó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, que no ha podido contabilizar todavía las víctimas por el ataque al hospital Al Ahli
En este escenario, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a Israel, en muestra de solidaridad con ese país, sumido en una guerra con el movimiento islámico Hamás, pero por el ataque al hospital se canceló una cumbre programada con dirigentes árabes.
El grupo libanés Hezbolá anunció que este miércoles será un “día de ira sin precedentes” para Israel, en el marco de la visita de Biden.
El ataque al hospital en Gaza produjo una serie de manifestaciones y protestas en varios países como Jordania, Irán, Turquía, Líbano y hasta en Estados Unidos.