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    La historia de las mujeres en México

    El gallo crítico.

    Los roles desempeñados en un contexto cultural sustentado en la desigualdad, a lo largo del tiempo.

    Durante el gobierno de Miguel Alemán en 1945 se creó el Instituto Profesional para la mujer y en 1947 en aquellas circunstancias políticas también fueron otorgados a las mujeres la ciudadanía restringida al ámbito municipal y en 1962 se aprobó la igualdad del salario entre hombres y mujeres.

    En el gobierno del Presidente Ruiz Cotines se otorga la ciudadanía plena en 1953 y su primer sufragio fue en la elecciones federales 1955 y hasta 1958 cuando el voto femenino tuvo participación en la elección federal.

    Posteriormente habiendo ganado el derecho al sufragio durante la segunda mitad del siglo XX, las mujeres continuaron su lucha por sus derechos sexuales y reproductivos, se manifestaron en contra de la violencia de género y denunciaron la desigualdad social entre hombres y mujeres.

    La influencia de la historia social, de las mentalidades y de la historia cultural dio por resultado un modelo de comprensión histórica, en donde se apoyaba el estudiar al mundo social desde una óptica distinta, la de las mujeres.

    La historia de las mujeres se caracteriza por la multiplicidad de sus planteamientos, formas diversas para escribir o narrar una historia, intentar definir y explicar su aparición dentro del movimiento feminista y gira alrededor de interrogantes como: ¿Qué hacer y cómo producir una historia de las mujeres que las incluya y las haga visibles?

    Tras la aprobación del sufragio universal en México, los movimientos feministas que luchaban por derechos sociales y políticos volvieron a tomar auge en la década de los setentas del siglo XX, en la década de los ochentas se da la etapa de organización, establecimiento y lucha, así también se caracterizan los procesos de estancamiento y posterior despegue y por último, los noventas, los cuales están marcados por las alianzas, las conversiones y sobre todo la búsqueda de la democratización.

    La primera etapa se vio marcada por los movimientos estudiantiles de 1968 y por la gran influencia del feminismo estadounidense en nuestro país, las demandas de estas mujeres y grupos ya no se centraban más en el aspecto del sufragio, sino que podrían de manifiesto una crítica a la desigualdad entre los hombres y mueres en la vida cotidiana en la moral sexual y en el trabajo doméstico, las mujeres feministas de este periodo denunciaban que a pesar de la igualdad jurídica, en lo que respectaba a derecho político se seguía viviendo.

    El 09 mayo de 1971 surgió en la Ciudad de México el primer grupo de lo que sería el Movimiento Feminista Mujeres en Acción Solidaria, la mujer en aquel entonces se consideraba como un ser sin terminar al que había que cuidar, proteger y guiar, lo que implicaba su sometimiento total al varón y su alejamiento de la vida pública, en la que no podía participar.

    En este sentido, los estudios de las mujeres han incorporado una riqueza polisémica que hizo necesaria otra mirada que revalorará la experiencia de la vida privada y de la cotidianidad, mismo que se concede en ella una mayor relevancia a la cultura y a la libertad de acción de los sujetos.

    Así, en cuestiones relativas a los ciclos de vida femeninos, la sexualidad y sus implicaciones, el cuerpo, el poder y las distintas formas que adquiere la resistencia empezarán a considerar temas válidos de estudio.

    Los movimientos feministas más importantes han sido: Feminismo Liberal. Feminismo Radical, Feminismo Social, Ecofeminismo, Feminismo Cultural y de la diferencia, Feminismo de la Igualdad, Feminismos Comunitario, Feminismo Afrodescendientes.

    Conforme, la ausencia de las mujeres en la mayor parte de las profesiones se debió a la dificultad de romper los rígidos principios morales y jurídicos de la época, aunada a la incapacidad de superar la presión social existente a la hora de matricularse y/o permanecer involucradas en las llamadas “profesiones masculinas”.

    Las voces de protesta que denunciaron estas situaciones tratando de reavivar el avance intelectual, en la adquisición de algunos derechos civiles para las mujeres, en especial para la primera mitad del siglo XXI.

    De igual forma, se tendría que reconocer abiertamente que en el México decimonónico durante los inicios del siglo XX algunas mujeres, empezaron a participar en los círculos de oposición y escribieron en la prensa denunciando los excesos cometidos por la dictadura porfirista en contra de los trabajadores, algunas mujeres relevantes como: Dolores Jiménez, Guadalupe Rojo, Crescencia Garza y Mercedes Arvide entre otras participaron políticamente y también padecieron cateos, detenciones y encarcelamientos.

    Los avances más importantes del movimiento feminista se han visto consolidados en materia de educación, trabajo remunerado, participación política y el reconocimiento de la violencia de género como un asunto de interés público, es necesaria la creación de políticas públicas de género.

    El derecho de votar y ser votadas, de ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas a nivel nacional e internacional, de participar en el diseño y ejecución de políticas públicas, en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política del país.

    Al paso de los años, Rosario Ibarra de Piedra fue la primera mujer en postularse a la Presidencia de México en 1982, abanderando al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

    En una segunda etapa cuando en 1985 en la Ciudad de México, se develaron las terribles condiciones de trabajo de las empleadas de la costura a partir del desastre se exigieron sus derechos laborales básicos y fundaron el primer sindicato.

    La década de los noventas se caracterizó por la institucionalización del proyecto feminista, el cual permitió que los derechos de las mujeres se convirtieron en decretos y leyes.

    En cuanto a los sistemas de partidos de este periodo permitió que las más grandes mujeres se integrarán a la política nacional y con ello que las demandas por distintos derechos se vieran satisfechas, en esta década también fue el periodo de vinculación con los organismos internacionales y la adscripción a los decretos de carácter internacional.

    De 1995 a 2000 diversos partidos políticos comenzarán a incorporar la perspectiva de género, en México se agregó a las discusiones y acuerdos internacionales que trataban de incorporar al género en las instituciones y políticas públicas en un proceso global de “generización” que busca la igualdad de género en la sociedad y en la vida pública.

    En 1996 se creó el Programa Nacional de la Mujer (Pronam) cuyas funciones eran: Impulsar y favorecer que todos los sectores procedentes se comprometieran y participarán a favor de las mujeres, apoyar el fortalecimiento de las organizaciones de mujeres y de las que trabajen en beneficios de éstas, así como vigilar el cumplimiento.

    En el 2000 con el Presidente Fox se reelaboró una ideología conservadora y en este contexto influido se impulsó la igualdad entre hombres y mujeres en aspectos como en la erradicación de la pobreza, aumentar el desarrollo, impulsar la igualdad, combatir el territorio, la delincuencia y proteger al medio ambiente.

    Así mismo, en el 2006 se establecieron indicadores y metas para su cumplimiento, en donde se garantizaba la igualdad de las mujeres conforme a las leyes mexicanas y las convenciones internacionales ratificadas por el Estado Mexicano.

    Para el 2012 se implementaron la instauración de la Perspectiva de Género en todos los programas de la Administración Pública Federal.

    La participación de las mujeres en la toma de decisiones consiste en una base para la democracia representativa, en una sociedad donde más de la mitad de sus integrantes son mujeres, el reconocimiento de una participación en igual de proporción.

    Los avances más importantes del movimiento feminista se han visto consolidados en materia de educación, trabajo remunerado, participación política y el reconocimiento de la violencia de género como un asunto de interés público, es necesaria la creación de políticas públicas de género.

    El derecho de votar y ser votadas, de ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas a nivel nacional e internacional, de participar en el diseño y ejecución de políticas públicas de participar en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política del país.

    El objeto regulatorio que garantiza la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres, son los que proponen los lineamientos y mecanismos institucionales que orienten a la nación hacia el cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos públicos y privados promoviendo el comportamiento de las mujeres.

    El movimiento feminista en México ha tenido transformaciones significativas como procurar una sociedad junta, equitativa e incluyente para que las condiciones sean igualitarias, para todas las personas y que se otorguen los mismo derechos y obligaciones.

    Ahora en estos meses, días y empezando casi un proceso avanzado (fuera de tiempos y de las leyes electorales), tenemos (podría decirse) dos posibles candidatas a competir por la presidencia de México, esto nunca antes se había visto.

    Estamos hablando que México tendrá su primera mujer presidenta, una mujer que sea la líder, el mando mayor del país, al cual se le ha caracterizado por ser machista pero a la misma vez de tener una complexión o núcleo familiar maternalista, valla que polos tan más opuestos.

    Me congratulo que México pueda, quiera y tome la decisión de poder contar con una mujer como Presidente (a) de México, sin dudarlo en cada uno de nosotros será un trabajo de auto reflexión para entender y mucho mejor de transmitir este gran suceso a las próximas generaciones, sin dudarlo un gran parte aguas en la vida política, social, cultural, familiar, generacional de todas y todos nosotros.

    Existe sin dudarlo un enorme trabajo de reflexión, de entendimiento nacional, de respeto comunicacional y de empezar a construir un lenguaje muy más asertivo y de entendimiento de género, sin dejar al lado el sumar y no polarizar más a la sociedad mexicana… qué gran reto nos tocará a todos nosotros.

    Atendamos, procuremos, seamos parte de este proceso que dará inicio pronto, seamos ciudadanos involucrados en conocer las propuestas, la plataforma, el plan de trabajo de cada una (o) de los candidatos a postularse prontamente y también de educar a nuestros hijos (as) a que todos somos iguales, que todos tenemos el mismo derecho y mejor aún la misma capacidad de poder dirigir a un país tan grande, tan amplio y tan diferente en sus 32 entidades federativas, ya seamos mujeres u hombres.

    Construyamos, sumemos e incluyamos.

    Una semana más de reflexiones…
    Les envío un saludo por parte de su Gallo Crítico.

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