El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó ante un tribunal de San Diego, California, cargos por narcoterrorismo contra dos líderes del Cartel de Sinaloa, lo que supone la primera vez que se imputan acusaciones de terrorismo ligadas con el narcotráfico en el país.
Los acusados son Pedro Inzunza Noriega, de 62 años, y su hijo Pedro Inzunza Coronel, de 33 años, son señalados de traficar toneladas de drogas a Estados Unidos para el cartel mexicano.

La fiscal estadounidense, Pam Bondi, dijo que desmantelar el Cártel de Sinaloa exige una respuesta legal innovadora y contundente. “Se acabaron sus días de brutalizar al pueblo estadounidense sin consecuencias; buscaremos cadena perpetua para estos terroristas”, afirmó.
Por su parte, el fiscal federal Adam Gordon destacó la histórica acusación. “La de hoy es la primera vez que se presentan cargos contra líderes del Cártel de Sinaloa por narcoterrorismo y materiales para narcoterrorismo, en conexión con tráfico de cantidades masivas de fentanilo, cocaína, metanfetaminas y heroína”.
Los cargos se basan en la orden ejecutiva del presidente estadounidense, Donald Trump, que en febrero pasado designó a varios carteles de las drogas de México, entre ellos el de Sinaloa, como Organizaciones Terroristas Extranjeras.
Los dos acusados, Pedro Inzunza Noriega, conocido como “Sagitario”, y Pedro Inzunza Coronel, apodado “El Pichón”, comenzaron a traficar desde hace décadas cocaína que traían desde Colombia a Estados Unidos, según documentos judiciales.
El 3 de diciembre de 2024, la policía mexicana allanó múltiples ubicaciones en Sinaloa que son controlados y administrados por el padre y el hijo, donde se incautaron más de 1.65 toneladas de fentanilo, el mayor aseguramiento de esta droga en el mundo.
Además de los Inzunza, fueron acusados en el caso los mexicanos David Alejandro Heredia Velázquez, de 50 años; Daniel Eduardo Bojorquez, de 47; Javier Alonso Vázquez Sánchez, de 31 años; el guatemalteco Oscar René González Menéndez, de 45 años, y el costarricense Elías Alberto Quirós Benavides, de 53 años.
Si son declarados culpables podrían enfrentar una pena máxima de cadena perpetua, más multas económicas.