El presidente de Rusia declaró que no descarta golpear a las potencias occidentales que suministraron a Kiev armas empleadas para atacar territorio ruso.
Estas amenazas se producen tras una jornada de extrema tensión, durante la cual Rusia disparó contra el territorio ucraniano un misil de mediano alcance de última generación, diseñado para portar una ojiva nuclear pero que llevó cargas explosivas convencionales.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró que este disparo es un acto de un “vecino enloquecido”, que usa a Ucrania como “terreno de ensayo” militar.
Ucrania había acusado poco antes a Rusia de haber atacado Dnipró, en el centro-este, con un misil con “todas” las características de un misil intercontinental, algo inédito en más de dos años y medio de guerra.
Putin confirmó, en un breve discurso televisivo, que Rusia había disparado contra Ucrania un nuevo tipo de misil balístico hipersónico en su “configuración desnuclearizada”, en respuesta a los bombardeos ucranianos con misiles occidentales contra territorio ruso.
El ataque tuvo como objetivo “un emplazamiento del complejo militar-industrial ucraniano”, precisó.
Zelenski lamentó en redes sociales que hasta el momento la comunidad internacional no haya dado “una reacción contundente” a ese disparo.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que Rusia avisó a Estados Unidos con una antelación de 30 minutos sobre su intención de disparar un misil hipersónico.