El G20 celebra este lunes en Río de Janeiro la jornada inaugural de su cumbre anual, en la que los jefes de Estado y de Gobierno discutirán sobre el combate al hambre y la pobreza y sobre la reforma de los órganos de gobernanza global.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este domingo que la cumbre del G20 debe aparcar el debate sobre las guerras en Ucrania y Oriente Medio para centrarse en los “pobres”.
“Yo hice énfasis en no traer la guerra para el G20”, dijo Lula ante una pregunta sobre cómo los principales conflictos que afectan el planeta actualmente serían enmarcados en la declaración final de la cumbre de países.
“Porque si no, no vamos a discutir otras cosas que son importantes para un pueblo que no está en guerra, que es el pueblo pobre, los invisibles del mundo”, añadió Lula.
Los líderes de las mayores economías mundiales, entre ellos el presidente estadounidense, Joe Biden, y el chino, Xi Jinping, se reunirán lunes y martes en la ‘Ciudad Maravilhosa’ en momentos de alta tensión geopolítica, con el recrudecimiento de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio.
El regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos y la conferencia climática de Bakú también marcarán la agenda.
El mandatario añadió que Brasil propondrá en la cumbre hacer una “recomendación” para alcanzar la paz en la Franja de Gaza, en Líbano y en Ucrania, subrayando que desde 1945 el mundo no conoce tantos conflictos como en la actualidad.
Ante la invasión rusa a Ucrania, Brasil optó por impulsar junto a China una propuesta de paz que no tuvo ningún eco hasta el momento. Irritó además a los países occidentales, fuertes aliados de Kiev, por su demora en condenar la agresión de Moscú.
En Oriente Medio, aunque condenó los ataques del grupo islamista Hamás, Lula ha calificado insistentemente de “genocidio” la campaña militar israelí.