En Chiapas fue asesinado el sacerdote de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Marcelo Pérez Pérez, defensor de los derechos indígenas y promotor de la paz en los pueblos originarios de la zona Altos.
Ocurrió a un costado de la iglesia “El Dulce Nombre de Jesús”, en el barrio Cuxtitali del municipio de San Cristóbal de las Casas, cuando el párroco salía de oficiar una misa y se dirigía al templo de Guadalupe. Al abordar su vehículo fue interceptado por dos hombres en una motocicleta, quienes le dispararon.
La Conferencia del Episcopado Mexicano, condenó los hechos, dijo que este asesinato priva la voz profética que luchó por la paz en la región de Chiapas.
Agregó que este acto de violencia no solo afecta a la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, sino que hiere a toda la Iglesia en México y a la sociedad en su conjunto, especialmente en una región que hoy vive situaciones delicadas de violencia y pugna entre grupos del crimen organizado.
En un comunicado, el Cardenal Felipe Arizmendi Esquivel lamentó el crimen y dijo que el padre Marcelo Pérez siempre estuvo comprometido con la justicia y la paz entre los pueblos originarios, sobre todo en Simojovel y acompañando a las víctimas de la violencia interna en Pantelhó.
Dijo que el crimen debe hacer reflexionar a todos, a los creyentes, pero sobre todo al gobierno en el poder, para que busque cómo desmantelar a estos grupos armados, que están haciendo tanto daño a la comunidad.
Al respecto, la presidenta Claudia Sheinbaum, dijo que ya se está investigando el crimen y que la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ya se puso en contacto con autoridades locales y eclesiásticas.
Para la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos este homicidio es un crimen “absolutamente inaceptable” y debe ser investigado de manera “exhaustiva”.
Agregó que a pesar de contar con medidas de protección y de las constantes denuncias sobre las agresiones que enfrentaba, estas resultaron insuficientes para impedir su asesinato.